The boy in the Fedora.

Busco entre los papeles de tu maquina de escribir
una razón para comprender tu concepción poética
las notas sueltas que encuentro me valen de poco:
"El endecasílabo sonido que se asemeja a la podadora."
Guillermo de Torre, claro exponente e inspiración tuya.
Pero tanta poesía no me basta, necesito mas,
quizás una prueba de tu fotografía biológica,
beber de tu sombra bajo la Luna de Serbia
mientras un loco graba algún filme snuff.
Luego llega el amarillo silencio, arropado por el brillo del sol.
Y el chico del Fedora abre la ventana, sin darse cuenta
de que la ventana va a su casa y ahí esta, su casa.
Fumar un cigarrillo le parecía pretencioso,
lo mismo que ver Paprika de nuevo,
preferiría matar a un grupo de zombies
y a una viva que era tu amor, para matarla de nuevo
cuando vuelva hecha zombie.
Y el chico del Fedora se ve en el espejo y ríe,
se burló de ti y te llamó pretenciosa (se repite esa palabra).
Pero ahora el esta leyendo tu ultraismo desmedido,
y viendo tus películas tan interesantes,
se conmuta a algo parecido a vos (vocablos argentinos)
y termina de escribir su ultraista poema,
que suena mejor que el motor, que suena mejor que un endecasílabo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amo lo que escribes, lo que piensas y lo que sientes. Al leer algunos de tus escritos se siente como si te tuviera cerca..

Hiram Alejandro Dellamorte Oliveira dijo...

Cerca es solo una localización física.
Ese sentimiento quizás es correcto, porque, si te agrada lo que escribo, quiere decir que compartes mis ideas y si compartes mis ideas quiere decir que te sientes identificado/identificada, entonces ya con eso se forma un lazo sentimental indirecto, una comunión intangible.
Que bueno que haya alguien que me lea, espero que lo sigas haciendo.

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