Amigos.

Cuando la tarde se torna brumosa,
y un dolor etílico mancha mi esencia
siempre está esa risa contagiosa
que bien sabe atenuar mi demencia:

La de hermanos en mi adolescencia,
mis camaradas en la vida azarosa.
En mi destino está su presencia
agradable, tierna y melodiosa.

Una ruta en común hemos trazado,
y sus alientos han sido mi techo
cada vez que me he estancado.

No quiero que sean un triste pasado
y por eso yo guardo en mi pecho
a mis amigos, como los he nombrado.

Me molesta.

Me molesta tener huevos cuando sudan,
me molesta que los pelos me de comezón,
me molesta cagar y que mi ano se irrite,
pero mas me molesta tu amor.

Adiós.

Es hora de colgar la pluma.

No creo que realmente pueda expresar en palabras esto que he estado sintiendo. No creo.
Por primera vez en mi vida he perdido los ánimos, en serio siento que no queda nada. Por eso mismo, esta tarde, he decidido dejar de escribir.
No se si algún día, pronto, lo vuelva hacer. No se, tampoco, si en un tiempo largo regresaré a eso que, antes, me encantaba. Solo que ahora no puedo y creo que tampoco quiero. No tengo ánimos, no tengo esperanzas y a veces siento que no tengo ni amigos.
Este blog seguirá abierto, quizás después quiera volver, pero por ahora: adiós.

Carta encontrada junto a una pluma.

Aquel olor a fresa que tu piel dejaba atrás cada vez que te acercabas, cada vez que me saludabas; aquella mirada que mezclaba ternura con indiferencia, mirada que parecía decirme "jódete" y a la vez "espero estés bien"; aquellas manos gráciles, como la hoja de un árbol otoñal que danza con el viento de octubre, manos delgadas y pequeñas que evadían las caricias con finos movimientos de ajedrez; aquella sonrisa extraña, casi irónica, sarcástica, una sonrisa disfrazada de mueca o una mueca disfrazada de sonrisa; aquel pelo largo, que caía sutilmente como un río de petróleo; aquella piel blanca, hermosamente pálida: tan lienzo, tan arte, tan pintura sin terminar; aquel llanto que solo escuché y vi una vez, tan similar a un pánico de estrellas, a un caos planetario, a la muerte de Andrómeda; aquellas guadañas afiladas que salían de tu boca en la forma invisible de palabras y frases, casi siempre preludio de algo imperdonable; aquel cuello de porcelanosa que me gustaba observar cuando no te dabas cuenta, soñando que lo rozaba y que las caricias se prolongaban hasta el infinito; aquellos besos, solo imaginados, que suponía como una muerte temporal y espontánea, como un asesinato al instante...aquel si o aquella negación que jamás pronunciaste y aquel te amo que jamás dije. Eso eres tu para mi.

Entiendo lo extraña que esta carta pueda resultarte, pero tengo la necesidad de desahogarme. Creo que debí haber dicho "tenía la necesidad de desahogarme", porque esa necesidad no existirá el momento en que leas esta carta. Es curioso ¿verdad, Aurora? Yo escribo esta carta en un tiempo que, para mi, es el presente y para ti, al leerla, será el pasado y a la vez tu presente, mientras que para mi es un presente y un futuro. Pero ¿qué tan cierto es un futuro? para mí decir el futuro es igual que decir: la nada. Ambos son igual de inciertos y de (quizás) inexistentes. ¿Qué es el futuro sino un presente estirado?
Ahora te escribo esta carta para doblar mi sufrimiento (doblar en cualquiera de sus acepciones) o para no estar triste, a estas alturas cualquiera de las dos me parece igual de viable. Te escribo para no saberte lejana ni saberte perdida, simplemente para saberte sabida y amada. Te escribo para decirte que siempre anhelé aquel beso de cómplices, culpables (ambos) de aquel crimen a sangre fría que es el amor, beso que se da en las noches de invierno, mientras se toma una taza de café. Te escribo para confesar mi eterna fantasía de registrar con mis manos el código de barras de tu cuerpo, la fantasía de rodear con mis palmas tus tiernos y cálidos pechos, tus pechos pequeños, tus pechos púberes o casi púberes. En suma: te escribo para decirte que te amo y te anhelo.

Ahora estoy completamente en esa actitud melancólica y nocturna que las cartas de confesiones o de amor y las horas más graves exigen. Huyo de los tictacs y establezco distancias invariables de mi cuerpo al timbre del teléfono.

Vuelvo a elogiarte en la más perfecta soledad, después de haber dejado el papel por un par de  (a)horas. En este momento está a punto de amanecer y tu nombre es la primera lumbre en mi ventana.
Me gustaría haberte pedido una tregua, una oportunidad de que me incluyeras en el recital de piano que es tu vida, haberte pedido que me dejarás ser, aunque sea, un nocturno en do sostenido menos; me gustaría haberlo hecho, pero es tarde para ambos, para nosotros, para mi.
Parafraseando a Cortázar: tu y yo nunca seremos la tarjeta Hallmark ideal, no seremos nunca la postal romántica parisense, no seremos la jamás la pareja perfecta. Alguna vez dije que tu y yo eramos como dos piezas de rompecabezas que encajaban, pero que eran de rompecabezas distintos. Hoy lo sostengo y lo reitero.

La carta está por llegar a su fin y la mañana ya ha acabado de instalarse en la ventana que da de el departamento a la calle. No tengo mucho más que decir, tu llegarás como a eso de las tres o cuatro y para ese entonces yo ya me habré...

Ya he terminado de bañarme (que risa, bañarse para nada) y no debes de tardar en llegar (en realidad me bañe para matar el tiempo...matar el tiempo, curiosa expresión). No se si me odiarás al leer la carta, no se si te daré lástima, no se si llorarás, no se si gritarás, no se si aceptarás todo de la forma estoica en la que aceptas lo demás. No se.
Oh, llaman a la puerta y estoy casi seguro de que eres tu (si, si eres, escuché tu voz llamándome a abrir).
En fin, ya es hora de terminar la carta.

De verdad espero que "no se culpe a nadie" y que, mucho menos, te culpes a ti.

Te quiere (quiso): Javier.

P.D. Espero no te asusten ni el rugir de los cañones, ni el batir de las alas de la libertad (que en realidad es lo mismo) ni la mancha roja en la alfombra.

Poema para un nombre ausente.


Este poema de amor es para ti. Para tus ojos,
para tu carne abierta en la añoranza. Y a tus labios
van dirigidos los versos que hoy te escribo.

Lejana y ya difusa. Como el beso de un niño que recuerda
los días del colegio, el pan de la merienda y el pecado
primero de saberse distinto y misterioso.

Son para ti estos versos y estas líneas. Sin saber todavía
si en tu pecho sigue latiendo el mismo sobresalto,
la misma sensación de tener mil alas en los dedos.

Para ti, para tu cuerpo mecido por mi canto,
para que nunca digas: ¿cómo eran sus besos y su boca?
¿Era el amor cuando entraba rompiéndose en mi carne ?

Y era el amor. Sí. Era. Porque entonces estabas en la calle,
viviendo  por jardines, a mi lado, acariciando
y abriendo mi costado con tus labios y tu risa.

Pedacito de azul, lástima mía, sudor, saliva de mi boca,
nada puede salvarnos de la noche, de los dioses del frío,
de la amarga certeza de sabernos estrellas apagadas.

Sin embargo, en este instante pleno en que te escribo,
el mundo se contiene, tierno y mínimo, en tus manos amadas,
en el hueco bendito donde bebo tu nombre que no olvido.

La presencia de una ausencia.

El reto de vivir cuando se pierde al ser más amado no es el hecho de sobrellevar la perenne idea de su huida-al final, la pérdida es eso, una huida- sino el de enfrentarse a su presencia fantasmal que se esconde en tu soledad como espejo infernal.

Sucede que me canso de ser hombre relataba en un poema Neruda, cansarse de ser hombre es muy fácil cuando te sientas en el silencio y en la oscuridad en una noche cualquiera, viéndote todo, con maltrato visual y circunstancial, preguntándote el porqué no fuiste tú el que se fue-o huyó- y sí el que sufre.

-Te ví- le hablas a aquella foto de situaciones, a ese pasado incógnito que ahora se esconde en tu memoria derruida. Y suena el violín con un compás tímido en su ejecución que le da más fuerza a tu debilidad. Y entonces sabes que no te ha dejado, que en tu corazón-o cabeza- dejó una parte suya que ahora es tuya: su ausencia. Y la sientes, no a ella, sino a su ausencia, acariciándote, revolcándose en tu vacío existente, regodeándose en tu miseria. La imperturbable quietud del cuarto hace ver somnolientas figuras, tenues sombras, todas, maquiavélicamente con su forma: allí está ella cuando me dijo que me amaba aquella tarde. Allí está ella cuando nos besamos por primera vez en el umbral de el Está Cabrál... O, allí estamos los dos cuando dijo adiós sin despedirse, sólo tomándonos las manos, incombustibles.

Sigue aquella letanía de violines, de funerarios sonidos desgarrando todo a su paso. - Te extraño- lees en una carta yuxtapuesta a la ventana. El amor, en el final, para el grueso de la gente está supeditado a largas listas de intereses que poco tienen que ver con la idea primaria (o ideal) de lo que es el amor. Sabes que su huida significó tu huida. Poco. Y uno se puede recostar con absoluta angustía en su sillón, con las pupilas enrarecidas y con la boca seca de tanto balbucear diatribas hacia el mundo. Uno puede gritar con alevosía, con carencia de alma, con singular desprecio a las constelaciones. Uno puede hacer todo menos rehuir a la presencia de su ausencia, que te acompañará como sombra, como mirada furtiva al fin de los tiempos. Porque no hay tiempo que valga para olvidarla, para olvidarte. Sólo queda esperar que una noche al azar, embriagado de pena y vibrando de coraje dipsómano, ella vuelva de entre la oscuridad del pasillo que siempre esperas.

El abismo de mi imbecilidad.

Ayer me preguntaron que si para que o sobre que era este blog.
¿Para qué? 

Es para nada, es sobre nada: Este blog es nada.


Esto es este blog, experimento inútil perpetuado por un tarado cuya frente no alcanza los dos dedos requeridos para pensar con lógica y sentido común. ¿Que cuál es el objetivo de esto? ninguno, no quiero hablar-a veces lo haré- de lo aburrida que es mi vida, o mentir de las surrealistas aventuras que no tengo pero sí invento. Ni siquiera es uno de esos blogs donde se moraliza o se informa, no, porque no tengo nada que enseñar y, dicho sea de paso, tampoco tengo nada que aprender-por los límites mentales-.

Así que escribiré de mis paranoias, o de las paranoias de la misma sociedad. De la idiotez de mi (yo) -¿querido?- país, o del -¿decadente?-  mundo. Así nos va, cuando me dejan escribir es porque el mundo se va a acabar.



Así que tomen eso, tomen nada.

Recuerdos de una mente elástica.

Maldito Sinatra, That's life, como si realmente supieras lo que es la vida, si tu eres Sinatra...pero por eso mismo sabes, demonios, yo se que lo sabes y que justamente por eso cantas: I've been a prophet, a pauper, a pirate, a poet, a pawn and a king... y todo esto pasa porque la extraño.
Creo que desde un principio supe que la extrañaría, porque esos ojos almendrados son justamente para extrañar. Y ahora que añoro su presencia me vienen a la mente muchos recuerdos, pero son solo algodón manchado...¿Recuerdos? Por ahí dicen que el que no tiene memoria se hace una de papel...
Me viene a la mente una mañana en su departamento; ella dormía y yo la contemplaba entre las sábanas arrugadas de su cama y de repente sentí el desgarro de celos futuros superpuesto al de celos retrospectivos: desde los hombres que un día la verían moverse por museos y calles de Hermosillo y por las tiendas de Galerías, a los que la han visto así en el pasado. Era un cólera irracional e inexplicable. Desde ese momento supe que todo iba a derrumbarse...
Hasta entonces, pese a todo, yo había tenido la absurda esperanza de que el tiempo la haría mas mía: unos ojos soñolientos vistos cada mañana, un cuerpo marchitándose cerca, entre mis manos, día a día. Una vejez serena, recordando. Pero esa mañana, cuando la vi despertar, con el pelo desaliñado y con sus ojos color miel, que parecían buscar la imagen de un camino azaroso que había dejado atrás, yo miré hacia el después y solo vi mi propio pasado. De ese modo supe que no envejeceríamos juntos, y que ella viajaría a otros lugares y otros brazos. "El hombre cree ser el amante de una mujer, cuando en realidad es solo su testigo." ; A menudo la oía repetir esa frase, pero solo hasta ese hoy puedo sufrirla, desde aquel día que supe que mi futuro no estaba en el suyo.

Y recordarla ahora, mientras Charlie Parker toca como si sufriera la vida (porque lo hace y no existe el tiempo) y yo bebo mate y entonces...
Recordarla mientras la trompeta de Bix me quema la piel. Y ahora me doy cuenta de que todo es elástico, incluso las cosas duras (como su recuerdo) tienen una elasticidad retardada, y mi mente elástica recuerda tantas cosas, tan retardadas y tan ausentes.
Pero ¿que tanto recuerdo y que tanto...?No, no, yo se que si la recuerdo...
Recuerdo aquella vez que estaba ella, con su vestido abierto hasta la cadera, sobre sus hombros desnudos, elegante como una gacela imperturbable. Luego me dijo que me amaba, serena, después añadió que mis ojos no me engañaban y que eso le daba peso a mi equipaje; luego la besé y, lenta, pero ferozmente, la hice mía; la hice mía sin hacerla de nadie, porque ella no existía en este mundo que era mi futuro...
No existía, no existe...¿la recuerdo? Si, se que si, pero...
¿Que mas recuerdo? Recuerdo aquella vez, después de habernos amado como adolescentes en celo, después de habernos asesinado mutuamente; después de instantáneas y bellas muertes, ella me dijo: "Ya no hay mujeres como la que yo quería ser." Después se movió despacio por la habitación, sin objeto aparente, bellísima, impúdica. Recuerdo que tenía inclinación al desnudo, a moverse de esa manera, indolente, con la elegancia de su fina casta y su mirada triste. Y esa noche, cuando observaba desde la cama sus movimientos de animal delicado y perfecto, pensé que ella no necesitaba que la iluminaran. De día o de noche, desnuda o vestida, llevaba la luz como un foco móvil apuntado sobre su cuerpo, siguiéndola a todas partes. Todavía pensaba en eso por la mañana, mirándola dormir, su boca entreabierta y la frente ligeramente fruncida como un pliegue de dolor semejante al de algunas imágenes de vírgenes sevillanas.
Recuerdo cuando descubrí, con tranquilo desconcierto, que mi amor por ella no era solo intensamente físico, ni puramente intelectual. También era un sentimiento estético, fascinado por las líneas suaves, los ángulos y campos de visión posibles de su cuerpo, el movimiento sereno tan vinculado a su naturaleza.

Y ahora me duele escuchar a Tom Waits porque se parece a sus manos, a su cuerpo...a su piel. Tango 'till they're sore dice Tom...tango, como yo y ella...

Y por la ventana se pueden ver las hojas secas que deletrean su nombre, olvidado hace tanto; y las nubes que dibujaban su rostro...

Entonces yo prendo un cigarrillo, un maldito Marlboro (como el puto consumista discreto que soy) y comienzo a fumar, lento y pausado; luego suelto el humo de la misma manera...
Incluso fumar me recuerdo a ella, porque todos los recuerdos anteriores son como el humo del cigarro, porque yo se que...

Pero me duele admitirlo, me duele admitir eso que venía sintiendo desde hace tanto tiempo.
Y sin embargo, a pesar de todo (suena pleonásmico) sigo dudando. ¿Conocen esa sensación de no discernir entre la realidad, el deseo y el sueño? Yo estoy en ese punto...

Porque el humo del cigarro ya no está y el cigarro se encuentra en el cubo de basura, consumido; pero en realidad (o en sueño, o en deseo, o etc...) no lo he fumado...

Por eso el humo y el cigarro son como ella...

Quisiera poder llamarle, saber donde estoy y porque; pero con el cigarro en la boca y escuchando a Sinatra diciéndome que That's life; y con eso la cosa es mas difícil porque...

Pero el cigarrillo está en la basura y Tom Waits me dice que Well you play the tarantella...y yo no puedo tomar el teléfono para...

Y el cigarrillo está por acabarse y casi siento que quema mis labios, pero ella duerme a mi lado y escuchamos a Bix tocando Jazz me blues, y yo no entiendo como puede ser que recuerde todo eso si ella está a mi lado, entonces me doy cuenta de que...

Porque estoy solo en el insondable espacio de mi habitación y escucho el saxo de Parker mientras espero que sean las 5:30 para poder verla, pero apenas son las 4:00 y me dan unas raras ganas de fumar (raras porque no fumo) entonces entiendo...

Y sin embargo, a pesar de todo (suena pleonásmico), sigo dudando: ¿Que es real? ¿Que es deseo? ¿Que es fantástico? ¿Que pasa? Entonces; aún indeciso y con el cigarrillo en la boca (casi nuevo) y escuchando a Sinatra y decidido a arriesgarme, tomo el teléfono, para llamarle y preguntarle...

Se acabó el maldito cigarro (un Lucky Strike, porque no quiero incurrir en el puto consumismo de fumar Marlboro) y aún suena Tango 'till they're sore y me da risa mi costumbre de repetir miles de veces una canción. Sin cigarro, y algo dudoso, decido llamarle a ella para...

Ahora si se acabará el cigarrillo; ya siento que me quema los labios, mientras, suena Jazz me blues; de pronto me mira el teléfono y me hace notar que debo llamarla y saber si...

Son las 4:10 y sigo con Parker y con las falsas ganas de fumar (porque yo no fumo y el tiempo no existe), de repente, decido llamarla y averiguar...

Ya con el teléfono en la mano y con la música en pause, comienzo a marcar, a presionar los botones mientras tiembla mi mano: 66220111...pero se que es inútil y me abstengo de marcar los últimos dos dígitos. Aviento el celular contra la pared y me reprocho mi estupidez; ¿Para que marcar si ya conozco la respuesta? ¿Para que llamar si ya se que es lo que sucede? ¿Para...

Noches de sol.


La balada de domingo por la tarde corre a cargo de Tom Waits. Siempre Tom Waits. Acostado en tu cama mientras cuentas el polvo de tu cuarto y piensas en la inmortalidad de su idea que te persigue, te viola, te escupe y te regenera. Todo en uno.

Te dice con voz desgastada por el cigarro "no te vayas" mientras con sus manos y sus dedos sangrantes, por arrancarse los cueros, te toca y te provoca a caer en sus sútiles juegos amorosos. Todo lo demás es silencio, misterioso silencio ordenado en piano de do.

El contacto imaginario de esas manos suaves te despierta y escuchas la aguja brincoteando sobre el vinil. Es hora de darle vuelta. Lo haces con contenida flojera. Vuelve a sonar la voz tan parecida pero tan opuesta a las manos de ella; es Tom Waits. Mientras suena ese túnel de tiempo y lícor declamas letra por letra la historia que le contaste cuando Hermosillo se nublaba. El Sol, al final es un niño malcriado, terminas.

Se hace noche y el sol aún se niega a fundirse en horizonte de oeste. La mitología de tu vida se resume en esa noche donde te diste cuenta que eras uno más, otro en una lista que parece hecha por el infinito. Y que saliste en el calor que asfixia y niega su condición de ser luna y frío para ser una extensión más de esa malcriada bola de fuego.

Y el "no te vayas" se sustituye por el amenazador "no te vas". Y lloraste y desde allí maldices las noches de sol.

Fé.

-Sabes, el mundo se está derrumbando.
- Puede ser. No me interesa.
- ¿Perdiste la fe?
- Nunca la tuve.


Suena el saxofón hipnótico de Trane, imperceptible al hoyo negro que es la sociedad. Se levanta de su sillón que queda en una penumbra misteriosa, casi mística. Saca de su cava una botella de vino Donelli y una de Jerez. Sirve en una copa el Donelli y en otra el Jerez.


A ella le gusta lo dulce, así que le entrega la copa de Jerez. Ella no hace ningún movimiento, está enojada por sus respuestas, pero ¿qué puede hacer?


-Vendrán por nosotros.
- Sí, pero el poder es transitivo. Por eso ni me molesto en moverme. Los ideales por los que luchan ahora y sus gritos de libertad en unos meses se convertirán en sus enemigos. Y los que ahora defienden atacarán y viceversa.
- Eres un cínico.
- Puede ser, la verdad no me interesa. Todos luchan por el poder, es el único ideal hoy en día. La cacaraqueada libertad, el eufemismo ese que denominan igualdad,no son más que palabrería barata, justificaciones de su sed de poder.
- ¿Y tú qué haces?
- Nada. Y no me arrepiento. Decía Handke que el hombre en la falta de acción es cómo mejor puede desarrollarse. La reflexión en estático.
- Es una idiotez.
- Puede ser.
- ¿Me estás diciendo que no tienes ningún ideal? ¿qué no tienes nada por qué vivir?
- Sí. La vida es absurda.


Ya vienen- dice alterada. Es como aquel relato de Sartre, El Muro. La angustia se apodera de ella. Se da cuenta de la intrascendencia de su vida. Termina su copa de Donelli y le sube al volumen al estereo.


Suena While my lady sleeps. Así terminará.Así terminaré.




Voy a explotar.


Es el universo una realidad concreta, dividida en tantas cosas, tantas fortunas, tantos azares, tantos destinos y tantos conceptos. Una divinidad incertada en un imaginario hipnotizado por su propia megalomanía o mitomanía, a saber. Un universo dispar e injusto, terco e incierto cuya mayor certidumbre es el caos arítmico de vidas nimias y carentes de valor, llenas de dolor y felicidad pero sin importancia alguna.

Pregunto en un velo asfixiante de aire u oxígeno químico, de agua o H(dos)O científico, el grado sumo de que esta noche arroje esperanza o absurdos en cantidad, para saber qué contesto en estas voces subyugadas y ajenas, arenas movedizas de razón y lógica. Y la última letra de este sentido, de esta profusa diatriba,¿será valorada por lo que es? ¿un signo, símbolo insutancial y subjetivo como este tiempo y este espacio tan mío como de nadie?

Voy a explotar, marasmo o torrente de ilusiones, de fantasmales alegorías o metonimias, metáforas contrastadas de eventos cotidianos no dignos de metaforismo. A priorismos incipientes, donde nos traga la sugestión metódica de un mundo enfermo por decreto único de este temor mundano que es la ignorancia.

Vamos a explotar en la nada simétrica, ejecutando la rutina del día a día, de esta existencia que depende de la esencia trazada en líneas oligárquicas y elitistas. Y ya me dirán que los viernes en la noche aflora la nostalgia o los melancólicos recuerdos que alguna vez existieron y que el pasado ha devorado. Ya me dirán lo patético que es quedarse un viernes en la noche escribiendo y escuchando piano en vez de salir a bailar en antros de mala muerte estética o ética. Me dirán que el alcohol alivia esta angustia y que el tiempo del hombre no es el futuro como dijo Heidegger, sino el presente e incluso el pasado.

Me dirán las voces de ángeles que más vale un buen acostón de vez en cuando para aliviar esta ansiedad tan "malsana", que una sonrisa o un cigarrillo a media madrugada despeja la mente y multiplica las endorfinas. Que un buen gallo sustituye la apesadumbrada realidad y el aburrimiento cotidiano, que encierra esas demandas poco probables de las cuales se leen dos o tres cual buzón de sugerencias de un McDonald's cualquiera.

Y mientras, aquí estoy, escribiendo o divagando, esclavizado a mis silencios y a mis juegos eternos de personalidad, quebrando la cáscara o el cascarón, imitando a mis héroes más envolventes, enternecido con la soledad y masticando algún chicle de fresa. ¿Te atreves? pregunta con resaltada "negrita", no, no me atrevo. Atreverse supone la falta de conciencia, y mi falta de conciencia responde a menesteres de obligada independencia.

Tengo el grito ahogado de conseguir mi primer triunfo, desalojar este patetismo inherente, dinamizar mis necesidades al punto de cerrar mi mente a este flujo-superfluo- de pensamientos. Voy a explotar porque así me lo pide mi mamá, mi papá, mis amigos, mi herman, mi gato y así me lo pido yo. Voy a explotar para entrar en consonancia con este universo irregular, frío y distante, caótico con guión inerte.

Voy a explotar...

Un concepto y su dicnonomía.


¿El tema? Como no podía ser de otra manera: el amor.

Mis constantes diatribas contra el amor son irrelevantes, inconsecuentes a hoy en día. Ya me lo habían dicho: soy una contradicción.

Soy un hombre de lírica, así me autodenomino, no por vanidad, sino por cuestión estética de la vida. No puedo entender un orden concreto, no puedo y no quiero. Prefiero el caos, la anarquía, el azar, la letra. El amor, como motor-real o no- de mis reflexiones, debe llevar implícito un elemento de poesía, es el primer requisito que pido para que algo tenga importancia. Poesía.

Por eso encuentro incomprensible y desolador que alguien vea el amor como algo orgánico, crudo, mecánico. Me revienta el corazón si mi mente piensa en esa connotación del amor. Puedo decir que el amor no existe, cierto, pero tengo que defenderlo cuando alguien se atreve a decirlo con pruebas de racionalismo in extremis.

Y tartamudeo, y sudo, y me convierto en el primer enamorado. Y esa dicotomía no es la que yo planteaba, como la original del cuerpo y el alma, sino una dicotomía absurda, horrible, extraña y ajena. El amor no es algo que se dé en forma natural, se busca, y en esa búsqueda reside la belleza. Belleza que es el fin del amor. O al revés.

Hacer del amor algo ordinario es una aberración para la mente de los Neruda del mundo, y para sus grupos antípodas también. Es la única cuestión capaz de unirnos-unirlos-. Si el amor existe, debe ser a través de las alegorías, cargadas de un sentido bohemio, lírico, artístico y poético. El amor si existe deberá ser algo único. Es su única forma de existir, siendo perfecto. Si no es así, no es amor. Es una mentira.

Creer que el amor es ordinario, común y poco trémulo, es, a mi modo de ver, una tontería. Digna de mentes ordinarias y comunes.


A alguien.

Te encontré
Te perdí
Con palabras hirientes y dos hielos por cabeza
sin miedos ni retóricas,
sólo palabras simples y gustos fáciles
miradas que se perdían en tus piernas
que las devoraban
y nunca las dejé vivir.


Te perdí, lejos de mí
escapando de los tristes momentos que te regalé
siendo tú la promesa viva de mi estupidez,
de mi ofuscada lengua.


Te encontré siempre con palabras turbias
recordando segundos incalculables y versados
en renglones mal cimentados, tiempo sin dejos,
sin lanzas ni estrellas.


Te fuiste, con desidia y sin coraje
rea del odio y de caprichos mal pensados.
Te extraño, no por tu cuerpo sino por tu idea.


Piet Mondrian - Grey Tree.

Extrañar.


Pintura.- Kandinsky.
Extrañar puede ser la palabra que engloba el querer ¿no?

Cuando el mundo se pierda y sólo queden las palabras o las ideas, se empezará a pensar en ello. O no, pues nos habremos perdido.

Pero bueno, yo sí te extraño. Tu voz, tus ojos miel, tu sonrisa y tus modales. Extraño la forma en la que ríes, la forma en la que escribes mi nombre y sobre todo la forma de verme. ¿Qué quieres que diga? ¿que no te diga?

No. Por eso somos tan diferentes. Tú eres tú, yo no sé quién soy. Difícil enunciado.

Fear.

Pienso que mi temor es a encontrar lo ideal muy pronto, otorgándole al resto de mi tiempo y vida una posición de intrascendencia caústica. Y a veces soy un animal moribundo caminando entre el humo de cigarro y las luces de faros intermitentes. Una noche cualquiera pienso en todas las perversiones que haría contigo, cada plabra que saldría de mi boca, cruzaría el pequeño espacio libre que nos separaría y entraría como un susurro débil en tu oído. Tus ojos me verían de manera confusa, pero tu mecánica de cuerpo accedería a mis caprichos. Te contemplaría como se ve a una noche estrellada, en silencio, en soledad, comprendiendo que el cielo-y tú- son incomprensibles, inabarcables.
Luego, notaría cada detalle, cada particularidad de tu inmensidad, cada milímetro de tu cuerpo. Lo dibujaré, lo narraré, le tomaré miles de fotos para saber que sí ocurrió. Y tu yugo carnal me asfixiará, me embriagará de belleza etérea, perenne. Y seré un cartógrafo de tu carne.
Finalmente, cuando me digas que me amas, inventaré una excusa. No porque sea un idiota. No, probablemente yo te ame más. Me iré. Dejando una estela de sangre simbolizada en el humo de cigarro, en mi sombra que se alarga día a día. Es mi sentido trágico, síntoma patológico, incoherencia pasada. Te amo, escribiré en alguna parada semidesconocida. La postal dirá que siempre te amé pero que no era suficiente. Ni para ti ni para mi.
Quisiera no tener que olvidarte.

Salvador Dalí. Daddy Longlegs of the Evening - Hope

Her.


Ella se ve hermosa. Podrías intentar buscar en tu memoria algo que te haya cautivado más pero no lo encontrarías. De todas maneras, ni siquiera haces el intento: estás hipnotizado. Parece la viva imagen de la Odalisca de Matisse y tú siempre la has asociado con la Laura de Petrarca lo cual te incomoda y hasta cierto punto te deprime.

Primero porque las diversas Odaliscas eran mujeres-o una sola- que parecían sacadas de alguna mitología ya muy alejada de nuestros días. Meras representaciones de mujeres que no existen para nosotros. Laura, en cambio, significa el amor jamás correspondido, la terrenalidad, el yugo y el triunfo del desamor. Con la Odalisca te aferras a una idea. Con Laura no, sólo te agarras al intento.

Por eso cuando la ves con toda su belleza, con su elegante cuello, con sus ojos casi verdes y con su nariz hermosa, no puedes sino contenerte.




Te quiero y quiero decirte.

Esta tarde, triste tarde
en la que miro el cielo raso
con sus arañas, tan negras
viviendo en su rinconcito de redes;
te pienso, tan eterna como el viento;
ni el musgo, ni las flores ni las espinas han ocultado tu forma...

Te quiero, de verdad, eso te digo;
te quiero tanto que procuro sonreír
mas a menudo, porque se que te agradaría;
procuro acostarme a la hora prudente, para soñar mas contigo.
¿Será exagerado decirte que me haces ver
que afuera siempre me espera una nueva mañana?

Inevitablemente te quiero, tanto que no suspiraré,
al menos no tan seguido, salvo pensando en ti;
claro, te quiero: decir te amo sería extrapolar...
Pero también quiero decirte que yo soy aquel tipo
que diariamente piensa en ti y sonríe
a pesar de que sus días no sean los más felices.

Me gustaría que te apresuraras despacio
porque estos días no esperan...
Y a pesar de ser realista,
pido siempre lo imposible: estar contigo;
pido que no me olvides;
como quien reza a una diosa, lo pido.

Es difícil no incurrir en la cursilería:
esta vez de verdad las siento;
siento que detrás de cada arco-iris,
detrás de cada milagro
despierta un gorrión metido
en el hueco de tus manos.

¿Ya te dije que te quiero?
de verdad lo hago,
tanto que maldigo tu sueño,
que besa tus ojos,
hasta la tarde,
hasta tan noche.

Me encanta hasta tu pelo;
parece que en el se ha enredado
un ciclón de mariposas;
me encanta verte salir a la calle, radiante y hermosa,
y la ciudad se transforma,
las aceras de deshacen, gaseosas.

Mi vida, sin ti, era un simulacro,
una imitación, una ilusión de lo real:
Llegaste, insesperada, como huracán,
como tormenta; destrozando todo,
desordenando ideas, creando ilusiones;
y me hiciste notar la realidad.

Lo abriste todo: mis libros, mis cuadernos
mi alma, mi corazón.
Detuviste las calles, volaron palomas,
tocaron guitarras, brillaron estrellas,
y como por arte de magia, después de una vida
se desvanecieron las sombras.

Ahora te veo, se quema la tarde;
te veo sin que te des cuenta.
Te callas y un miedo feroz
cose mis pestañas; con ojos cerrados
veo tus delicadas alas
de dulce mariposa.

Brilla en tu piel la primavera,
tan roja, de luz caramelo.
Es difícil llegar, a donde quiero ir
es difícil explicar, lo que ahora siento;
solo estoy soltando palabras, que suenan algo tontas...
En fin, lo que quiero decir es:

El futuro es hoy, el mañana urgente
y por eso quiero que sepas
que aunque arrastro mis fracasos,
aunque soy tan egoísta; si quieres contar conmigo,
aun guardo fuego en mis manos
para calentar tu vida.

Tu/Ella

"Me aferro al tiempo como si pudiera sujetarlo..."
Me aferro a ella como si pudiera sujetarla, 
pero tengo que aceptarlo, o quizás imaginarlo:
Tu eres epílogo de algo...y prólogo de nunca;
allá arriba estás tu, te digo, ahí arriba está ella, les digo;
también arriba está el cielo raso, con su araña de siempre
en su rinconcito de redes, redes que si pienso, serán tu, serán ella.
Soy el papel en blanco enamorado del lapicero...
pero el prólogo de ese nunca está ahí, latente, esperando;
que ganas tengo yo de evitarlo, que se vuelva el prólogo de algo
y el epílogo de nada, el que ni la muerte puede escribir.
Y todo se regresa a lo mismo: Tu para ti, ella para los demás.
Y tu nombre no sale, ¿te fijas?...creo que me da miedo,
me da miedo, tu nombre que ahora es anillos de humo,
me da miedo tu nombre que se ha vuelto figura del lenguaje;
pero sobre todo, me das miedo tu, tu presencia...tu ausencia.
Podría decir que me he enamorado, podría decir que te amo,
pero no quiero incurrir en los sentimentalismos, 
no quiero extrapolar un mero cariño, no quiero equivocarme;
solo diré lo mas sencillo, esa hoja en blanco: Te quiero, de verdad.
Te quiero a pesar de todo, y de verdad hay poco pesar,
incluso extrañarte no es pesar, simplemente por ser tu
y es pesar, justamente porque eres tu.
Te quiero, te quiero sin importar lo que sucede o me sucede,
parafraseando a Sabina: Puede que no seas la mas linda del mundo
pero se que, para mí, eres mas linda que cualquiera...no eres cualquiera
eres tu...y repito que te quiero.
Eres una Venus ligeramente oxidada, ­las flores, el musgo y las espinas han ocultado tu forma,
y la soledad, el tiempo y las ausencias van envolviendo la mía,
casi desapareciéndola...la imagen de un Febo, Apolo, el letrado
pero pobre, desarmado, mas ignorante y desgraciado...
No quiero que seas un querer imposible, 
no quiero que escribas en poemas el trazo de una estrella,
no quiero dejarte atrás, no quiero culpar al destino.
Quiero una cita en el parque, que caiga la noche y estemos juntos;
quiero encontrarte a mi lado, quiero me dejes vivir un momento contigo,
quiero desnudar mis miedos frente a tí, quiero pedirte un deseo...
No quiero ser ese delfín varado, expulsado por el mar,
no quiero que me mate la vida, no quiero que el amor me llene de silicón,
ni que me abra un expediente de regulación para ser expulsado del Edén.


Si supieras lo que me provoca verte, la quemazón en la piel,
esa verbena que comienza en mi al imaginarte, cenando a mi lado;
eres mi idea de una revolución, eres mi ideal, eres tu...y eres ella.
Si supieras la miopía que me provocas, si supieras como me haces sentir:
Me erizas la piel y me rescatas de hundirme.
Como dijo un buen hombre hace no mucho:
"Al recordarte me declaro culpable de desear tu presencia mas que desear la paz",
porque tu presencia es mi paz...mi paz...
Creo que por primera vez, puedo decir sin temor a equivocarme:
De verdad te quiero...y te vuelvo a querer.

Painting of a woman---Alphonse Mucha.

Las numina.

"¿La musa es una sola musa o es una serpiente de muchas cabezas?"
Numen, musa, inspiración, como quieras llamarle
¿no vuelve todo a la mujer? ¿las mujeres?
todas las numina, la numen; todas las musas, la musa...
Todas las mujeres, la mujer.
Al fin terminan siendo ese "porque"...ese "todo" del hombre.
Son como las rejas del prisionero:
de tanto observarlas a diario se vuelven lo único, el centro, el eje;
como diría Perez-Reverte: Navajas rotas.
En ese caso la musa no es una, no es la ausencia de la mujer,
es su presencia en la vida del hombre, la presencia de todas...
La presencia ausente de las numen,
tan redundante y paradójico: La ausencia presente de las numen.
Todo es ausencia, les dije antes; ahora se reitera:
La mujer se ausenta pero está ahí,
en toda mujer está la nuestra...la reina el universo que somos
es la reina de todos y todas son la reina del nuestro.
Más sin embargo está la mayor, al menos en ciertos momentos,
se eligen y se cambian con el tiempo, pero siempre está alguna mayor,
no sabría explicarme...
Es como crear dioses falibles, numina falible, "imperfect goddess";
como dice Godard: "Amar es dar algo que no se tiene a alguien que no lo quiere",
a una mujer ausente...con su prescencia de numen, agregaría yo.


Amedeo Modigliani------Nu Couché au coussin Bleu

De la ausencia y de ti.

Todo es ausencia:
Siempre faltan manos para acariciar,
labios para rozar, ojos para atisbar,
faltan cinturas para acorralar...
mentes para descifrar.

Todo es ausencia:
Incluso tu ausencia,
precisamente tu ausencia
Repetirlo no lo hará menos cierto
aunque lo quisiera así.


Todo es ausencia:
Todo es nostalgia, añoranza,
todo es carencia, inexistencia, laguna.
Pero en fin, así es...
una llovizna lenta de adioces y renuncias.

Ausencia.

Eres la reina de este universo que soy yo...


Los dioses pueden ser falibles.

"Enamorarse es crear una religión cuyo Dios es falible."
Dioses falibles...¿se imaginan?
la fuerza de dar vida, darte vida
la posibilidad del error, del lastimar
o la oferta de un posible paraíso.
Dioses falibles...que paradoja:
Alá con errores y mujer,
Buda inexacto y femenil,
Jesucristo equívoco y mujeril.
¿Será correcto crear esa religión?
no podría responder,
pero la vida tiene sus mañas
sabe que dar y cuando hacerlo
y sabe como y porque se hace...
El tiempo y la vida, una misma cosa
grises compadres, sentados ahí
sin hacer nada, sin nada que hacer;
pero creando, imaginando, dando
y sobre todo quitando.
Enamorarse es crear una religión
cuyo Dios es falible.

Eres la reina de este universo que soy yo.

Las constelaciones de la piel.

"Después de tanta espera, de no saber cuándo ni cómo entrar en esto que no es más que un deseo puro y sin forma, bruscamente veo una puerta."
Veo una puerta....que idiota soy, ¿como ver aquello que no existe?
Mientras pienso estas cosas me río de mi mismo
el idiota que escucha Jazz Me Blues desde la corneta de Bix,
el mismo que mantiene esperanzas de puertas y el mismo que dibuja...
¿Que dibuja? yo debería saberlo, pero no...extrañamente...no lo se.


No lo se, esa frase fue escrita hace unos 20 minutos, 
lo curioso es que aquí, en el blog, solo se separa por un renglón;
casi como nosotros, distantes por un lado, cercanos por otro.
Renglón: Corazón
20 Minutos: Geografía
Vaya analogías mas estúpidas, mejor sigo bebiendo mate,
pues es lo único que me queda.


Suena Somewhere Only We Know, de Keane...
Esa canción que está mañana recordé sin quererlo,
¿sabría Tim Rice-Oxley lo que escribía?
¿o sería solo producto de la inconciencia y el aburrimiento?
¿entenderá Tom Chaplin lo que canta?
No se, la verdad no se...quizás la canción no signifique tanto....
quizás sea solo yo el que la interpreta,
quizás....


Cada renglón supone un salto en el tiempo,
cada renglón supone varios minutos...
Que divertido puede ser jugar con eso...
Todo es distante y diferente y parece inconciliable, 
y a la vez todo se da simultáneamente en este momento, 
que todavía no existe para mí y que es, sin embargo, 
el momento en que usted lee estas palabras 
que yo escribí en el pasado, es decir, 
en un tiempo que para mí, ahora, es el futuro. 
Juegos de la imaginación, dirá el señor sensato 
que nunca falta entre los locos. 
Como si eso fuera a decir algo.
En fin, mas tiempo....


Dime que noche vendrás, 
que noche velaré tu sueño; 
porque no vivo porque te extraño
y no muero porque te quiero.
(la inspiración es mixta de ahora en adelante)


No me dormiré, no me dormiré en toda la noche, 
veré la primera raya del alba en esa ventana 
de tantos insomnios, sabré que nada ha cambiado.
y sin embargo digo que te amo...
Te amo porque eres Andrómeda...tu piel lo es...lo se.


Tu ausencia hiela
y enero te nombra: 
Flor de mi estío.


Amo la forma en que tocas el piano, 
como cuentagotas de jade tirando
aquí y allá los pequeños campanarios
que tienes en la concavidad de las uñas.


Ya no se cuanto tiempo ha pasado
deje de seguir la cuenta hace varios renglones
y no he terminado de saber lo que se debe saber
cuando se siente lo que siento...
Pero lo que si se es que tus manos,
tu cara, tus piernas y tu cuello 
son mis estrellas...estrellas que me guían
(faltaba lo cursi) son como....como
constelaciones en tu piel.

Capítulo Alterno Número 1

La vida consta de ciclos, repeticiones, círculos, etc; el punto es que las situaciones a nuestro alrededor se repiten una y otra vez, solo que con distintas variables y en distintos contextos.
Pero en la vida también hay historias y rutas alternas, paralelas, llenas de distintas posibilidades, entonces a mi me toca buscar mi alternancia...y este es apenas el primer capítulo.
Con esto no quiero decir que el día de hoy sea diferente a los otros, no, de hecho comenzó como cualquier otro, pero si planeo tomar decisiones distintas a las que pensaba, organizar mi vida de una manera que no caiga en los mismo abismos. Ojo, digo en los mismos porque se que caeré en abismos (¿que importancia tendría vivir si todo fuera rosa?) pero quiero caer en agujeros mas interesantes, mas complejos.


Creo que lo primero que debo hacer para comenzar el capítulo alterno de mi vida es "limpiar la maleta, no vaciarla porque, insisto, no puedo dejar atrás todo, esa es una actitud perniciosamente cómoda, lo que debo hacer es no dejarme llevar por cada pensamiento idiota...y tratar de modificar algunos sentimientos (o al menos atenuarlos y/o mezclarlos con otros)
En fin, esto es solo una especia de continuación a la idea de ayer y realmente no estoy en mi mejor momento como escritor, podría considerase incluso uno de mis peores momentos, lo había dejado por bastante y me siento extrañamente oxidado, pero no hay mejor forma de desoxidarme que practicando eso que había dejado.
Lastima que por algún tiempo escribiré así de...mediocremente.
Los dejo con la pintura Geopoliticus Child Watching the Birth of the New Man, una pintura de Salvador Dalí, que expresa muy bien mis intentos de una reestructuración.
Y con la siguiente frase del libro "Demian", de Herman Hesse: 
"El ave lucha para salir del cascarón, y nada más. El huevo es el mundo. Quien quiera nacer, deberá primero destruir un mundo"