Recuerdos de una mente elástica.

Maldito Sinatra, That's life, como si realmente supieras lo que es la vida, si tu eres Sinatra...pero por eso mismo sabes, demonios, yo se que lo sabes y que justamente por eso cantas: I've been a prophet, a pauper, a pirate, a poet, a pawn and a king... y todo esto pasa porque la extraño.
Creo que desde un principio supe que la extrañaría, porque esos ojos almendrados son justamente para extrañar. Y ahora que añoro su presencia me vienen a la mente muchos recuerdos, pero son solo algodón manchado...¿Recuerdos? Por ahí dicen que el que no tiene memoria se hace una de papel...
Me viene a la mente una mañana en su departamento; ella dormía y yo la contemplaba entre las sábanas arrugadas de su cama y de repente sentí el desgarro de celos futuros superpuesto al de celos retrospectivos: desde los hombres que un día la verían moverse por museos y calles de Hermosillo y por las tiendas de Galerías, a los que la han visto así en el pasado. Era un cólera irracional e inexplicable. Desde ese momento supe que todo iba a derrumbarse...
Hasta entonces, pese a todo, yo había tenido la absurda esperanza de que el tiempo la haría mas mía: unos ojos soñolientos vistos cada mañana, un cuerpo marchitándose cerca, entre mis manos, día a día. Una vejez serena, recordando. Pero esa mañana, cuando la vi despertar, con el pelo desaliñado y con sus ojos color miel, que parecían buscar la imagen de un camino azaroso que había dejado atrás, yo miré hacia el después y solo vi mi propio pasado. De ese modo supe que no envejeceríamos juntos, y que ella viajaría a otros lugares y otros brazos. "El hombre cree ser el amante de una mujer, cuando en realidad es solo su testigo." ; A menudo la oía repetir esa frase, pero solo hasta ese hoy puedo sufrirla, desde aquel día que supe que mi futuro no estaba en el suyo.

Y recordarla ahora, mientras Charlie Parker toca como si sufriera la vida (porque lo hace y no existe el tiempo) y yo bebo mate y entonces...
Recordarla mientras la trompeta de Bix me quema la piel. Y ahora me doy cuenta de que todo es elástico, incluso las cosas duras (como su recuerdo) tienen una elasticidad retardada, y mi mente elástica recuerda tantas cosas, tan retardadas y tan ausentes.
Pero ¿que tanto recuerdo y que tanto...?No, no, yo se que si la recuerdo...
Recuerdo aquella vez que estaba ella, con su vestido abierto hasta la cadera, sobre sus hombros desnudos, elegante como una gacela imperturbable. Luego me dijo que me amaba, serena, después añadió que mis ojos no me engañaban y que eso le daba peso a mi equipaje; luego la besé y, lenta, pero ferozmente, la hice mía; la hice mía sin hacerla de nadie, porque ella no existía en este mundo que era mi futuro...
No existía, no existe...¿la recuerdo? Si, se que si, pero...
¿Que mas recuerdo? Recuerdo aquella vez, después de habernos amado como adolescentes en celo, después de habernos asesinado mutuamente; después de instantáneas y bellas muertes, ella me dijo: "Ya no hay mujeres como la que yo quería ser." Después se movió despacio por la habitación, sin objeto aparente, bellísima, impúdica. Recuerdo que tenía inclinación al desnudo, a moverse de esa manera, indolente, con la elegancia de su fina casta y su mirada triste. Y esa noche, cuando observaba desde la cama sus movimientos de animal delicado y perfecto, pensé que ella no necesitaba que la iluminaran. De día o de noche, desnuda o vestida, llevaba la luz como un foco móvil apuntado sobre su cuerpo, siguiéndola a todas partes. Todavía pensaba en eso por la mañana, mirándola dormir, su boca entreabierta y la frente ligeramente fruncida como un pliegue de dolor semejante al de algunas imágenes de vírgenes sevillanas.
Recuerdo cuando descubrí, con tranquilo desconcierto, que mi amor por ella no era solo intensamente físico, ni puramente intelectual. También era un sentimiento estético, fascinado por las líneas suaves, los ángulos y campos de visión posibles de su cuerpo, el movimiento sereno tan vinculado a su naturaleza.

Y ahora me duele escuchar a Tom Waits porque se parece a sus manos, a su cuerpo...a su piel. Tango 'till they're sore dice Tom...tango, como yo y ella...

Y por la ventana se pueden ver las hojas secas que deletrean su nombre, olvidado hace tanto; y las nubes que dibujaban su rostro...

Entonces yo prendo un cigarrillo, un maldito Marlboro (como el puto consumista discreto que soy) y comienzo a fumar, lento y pausado; luego suelto el humo de la misma manera...
Incluso fumar me recuerdo a ella, porque todos los recuerdos anteriores son como el humo del cigarro, porque yo se que...

Pero me duele admitirlo, me duele admitir eso que venía sintiendo desde hace tanto tiempo.
Y sin embargo, a pesar de todo (suena pleonásmico) sigo dudando. ¿Conocen esa sensación de no discernir entre la realidad, el deseo y el sueño? Yo estoy en ese punto...

Porque el humo del cigarro ya no está y el cigarro se encuentra en el cubo de basura, consumido; pero en realidad (o en sueño, o en deseo, o etc...) no lo he fumado...

Por eso el humo y el cigarro son como ella...

Quisiera poder llamarle, saber donde estoy y porque; pero con el cigarro en la boca y escuchando a Sinatra diciéndome que That's life; y con eso la cosa es mas difícil porque...

Pero el cigarrillo está en la basura y Tom Waits me dice que Well you play the tarantella...y yo no puedo tomar el teléfono para...

Y el cigarrillo está por acabarse y casi siento que quema mis labios, pero ella duerme a mi lado y escuchamos a Bix tocando Jazz me blues, y yo no entiendo como puede ser que recuerde todo eso si ella está a mi lado, entonces me doy cuenta de que...

Porque estoy solo en el insondable espacio de mi habitación y escucho el saxo de Parker mientras espero que sean las 5:30 para poder verla, pero apenas son las 4:00 y me dan unas raras ganas de fumar (raras porque no fumo) entonces entiendo...

Y sin embargo, a pesar de todo (suena pleonásmico), sigo dudando: ¿Que es real? ¿Que es deseo? ¿Que es fantástico? ¿Que pasa? Entonces; aún indeciso y con el cigarrillo en la boca (casi nuevo) y escuchando a Sinatra y decidido a arriesgarme, tomo el teléfono, para llamarle y preguntarle...

Se acabó el maldito cigarro (un Lucky Strike, porque no quiero incurrir en el puto consumismo de fumar Marlboro) y aún suena Tango 'till they're sore y me da risa mi costumbre de repetir miles de veces una canción. Sin cigarro, y algo dudoso, decido llamarle a ella para...

Ahora si se acabará el cigarrillo; ya siento que me quema los labios, mientras, suena Jazz me blues; de pronto me mira el teléfono y me hace notar que debo llamarla y saber si...

Son las 4:10 y sigo con Parker y con las falsas ganas de fumar (porque yo no fumo y el tiempo no existe), de repente, decido llamarla y averiguar...

Ya con el teléfono en la mano y con la música en pause, comienzo a marcar, a presionar los botones mientras tiembla mi mano: 66220111...pero se que es inútil y me abstengo de marcar los últimos dos dígitos. Aviento el celular contra la pared y me reprocho mi estupidez; ¿Para que marcar si ya conozco la respuesta? ¿Para que llamar si ya se que es lo que sucede? ¿Para...

Noches de sol.


La balada de domingo por la tarde corre a cargo de Tom Waits. Siempre Tom Waits. Acostado en tu cama mientras cuentas el polvo de tu cuarto y piensas en la inmortalidad de su idea que te persigue, te viola, te escupe y te regenera. Todo en uno.

Te dice con voz desgastada por el cigarro "no te vayas" mientras con sus manos y sus dedos sangrantes, por arrancarse los cueros, te toca y te provoca a caer en sus sútiles juegos amorosos. Todo lo demás es silencio, misterioso silencio ordenado en piano de do.

El contacto imaginario de esas manos suaves te despierta y escuchas la aguja brincoteando sobre el vinil. Es hora de darle vuelta. Lo haces con contenida flojera. Vuelve a sonar la voz tan parecida pero tan opuesta a las manos de ella; es Tom Waits. Mientras suena ese túnel de tiempo y lícor declamas letra por letra la historia que le contaste cuando Hermosillo se nublaba. El Sol, al final es un niño malcriado, terminas.

Se hace noche y el sol aún se niega a fundirse en horizonte de oeste. La mitología de tu vida se resume en esa noche donde te diste cuenta que eras uno más, otro en una lista que parece hecha por el infinito. Y que saliste en el calor que asfixia y niega su condición de ser luna y frío para ser una extensión más de esa malcriada bola de fuego.

Y el "no te vayas" se sustituye por el amenazador "no te vas". Y lloraste y desde allí maldices las noches de sol.

Fé.

-Sabes, el mundo se está derrumbando.
- Puede ser. No me interesa.
- ¿Perdiste la fe?
- Nunca la tuve.


Suena el saxofón hipnótico de Trane, imperceptible al hoyo negro que es la sociedad. Se levanta de su sillón que queda en una penumbra misteriosa, casi mística. Saca de su cava una botella de vino Donelli y una de Jerez. Sirve en una copa el Donelli y en otra el Jerez.


A ella le gusta lo dulce, así que le entrega la copa de Jerez. Ella no hace ningún movimiento, está enojada por sus respuestas, pero ¿qué puede hacer?


-Vendrán por nosotros.
- Sí, pero el poder es transitivo. Por eso ni me molesto en moverme. Los ideales por los que luchan ahora y sus gritos de libertad en unos meses se convertirán en sus enemigos. Y los que ahora defienden atacarán y viceversa.
- Eres un cínico.
- Puede ser, la verdad no me interesa. Todos luchan por el poder, es el único ideal hoy en día. La cacaraqueada libertad, el eufemismo ese que denominan igualdad,no son más que palabrería barata, justificaciones de su sed de poder.
- ¿Y tú qué haces?
- Nada. Y no me arrepiento. Decía Handke que el hombre en la falta de acción es cómo mejor puede desarrollarse. La reflexión en estático.
- Es una idiotez.
- Puede ser.
- ¿Me estás diciendo que no tienes ningún ideal? ¿qué no tienes nada por qué vivir?
- Sí. La vida es absurda.


Ya vienen- dice alterada. Es como aquel relato de Sartre, El Muro. La angustia se apodera de ella. Se da cuenta de la intrascendencia de su vida. Termina su copa de Donelli y le sube al volumen al estereo.


Suena While my lady sleeps. Así terminará.Así terminaré.




Voy a explotar.


Es el universo una realidad concreta, dividida en tantas cosas, tantas fortunas, tantos azares, tantos destinos y tantos conceptos. Una divinidad incertada en un imaginario hipnotizado por su propia megalomanía o mitomanía, a saber. Un universo dispar e injusto, terco e incierto cuya mayor certidumbre es el caos arítmico de vidas nimias y carentes de valor, llenas de dolor y felicidad pero sin importancia alguna.

Pregunto en un velo asfixiante de aire u oxígeno químico, de agua o H(dos)O científico, el grado sumo de que esta noche arroje esperanza o absurdos en cantidad, para saber qué contesto en estas voces subyugadas y ajenas, arenas movedizas de razón y lógica. Y la última letra de este sentido, de esta profusa diatriba,¿será valorada por lo que es? ¿un signo, símbolo insutancial y subjetivo como este tiempo y este espacio tan mío como de nadie?

Voy a explotar, marasmo o torrente de ilusiones, de fantasmales alegorías o metonimias, metáforas contrastadas de eventos cotidianos no dignos de metaforismo. A priorismos incipientes, donde nos traga la sugestión metódica de un mundo enfermo por decreto único de este temor mundano que es la ignorancia.

Vamos a explotar en la nada simétrica, ejecutando la rutina del día a día, de esta existencia que depende de la esencia trazada en líneas oligárquicas y elitistas. Y ya me dirán que los viernes en la noche aflora la nostalgia o los melancólicos recuerdos que alguna vez existieron y que el pasado ha devorado. Ya me dirán lo patético que es quedarse un viernes en la noche escribiendo y escuchando piano en vez de salir a bailar en antros de mala muerte estética o ética. Me dirán que el alcohol alivia esta angustia y que el tiempo del hombre no es el futuro como dijo Heidegger, sino el presente e incluso el pasado.

Me dirán las voces de ángeles que más vale un buen acostón de vez en cuando para aliviar esta ansiedad tan "malsana", que una sonrisa o un cigarrillo a media madrugada despeja la mente y multiplica las endorfinas. Que un buen gallo sustituye la apesadumbrada realidad y el aburrimiento cotidiano, que encierra esas demandas poco probables de las cuales se leen dos o tres cual buzón de sugerencias de un McDonald's cualquiera.

Y mientras, aquí estoy, escribiendo o divagando, esclavizado a mis silencios y a mis juegos eternos de personalidad, quebrando la cáscara o el cascarón, imitando a mis héroes más envolventes, enternecido con la soledad y masticando algún chicle de fresa. ¿Te atreves? pregunta con resaltada "negrita", no, no me atrevo. Atreverse supone la falta de conciencia, y mi falta de conciencia responde a menesteres de obligada independencia.

Tengo el grito ahogado de conseguir mi primer triunfo, desalojar este patetismo inherente, dinamizar mis necesidades al punto de cerrar mi mente a este flujo-superfluo- de pensamientos. Voy a explotar porque así me lo pide mi mamá, mi papá, mis amigos, mi herman, mi gato y así me lo pido yo. Voy a explotar para entrar en consonancia con este universo irregular, frío y distante, caótico con guión inerte.

Voy a explotar...