Her.


Ella se ve hermosa. Podrías intentar buscar en tu memoria algo que te haya cautivado más pero no lo encontrarías. De todas maneras, ni siquiera haces el intento: estás hipnotizado. Parece la viva imagen de la Odalisca de Matisse y tú siempre la has asociado con la Laura de Petrarca lo cual te incomoda y hasta cierto punto te deprime.

Primero porque las diversas Odaliscas eran mujeres-o una sola- que parecían sacadas de alguna mitología ya muy alejada de nuestros días. Meras representaciones de mujeres que no existen para nosotros. Laura, en cambio, significa el amor jamás correspondido, la terrenalidad, el yugo y el triunfo del desamor. Con la Odalisca te aferras a una idea. Con Laura no, sólo te agarras al intento.

Por eso cuando la ves con toda su belleza, con su elegante cuello, con sus ojos casi verdes y con su nariz hermosa, no puedes sino contenerte.




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